La tecnología digital ayuda a integrar los edificios en el entorno vital y la ciudad. Gracias a la tecnología digital, ahora es posible comprender mejor cómo utilizan los ciudadanos los edificios hoy, al tiempo que se prevé cómo los utilizarán mañana y se anticipan acontecimientos inesperados. ¿Cómo podemos hacerlo? Gracias a los datos. Tratados adecuadamente, los datos amplían el campo de visión de quienes intervienen en el sector de la construcción, permitiéndoles orientarse con mayor precisión. Es un recurso rico que abre el camino a edificios tan útiles como virtuosos, a construcciones modulares pertinentes y (casi) ilimitadas. Es una riqueza que nos permite movernos más rápido, tomarnos el tiempo donde se necesita, construir para el mañana. Pero, ¿tiene tiempo el sector de la construcción?
Gracias a su dominio de una serie de datos esenciales para el diseño (en particular, el carbono, el coste y el consumo energético asociados a infraestructuras definidas), la tecnología digital es capaz de intervenir en las diferentes escalas temporales en juego en la ciudad. Fiable y práctica, puede apoyar e incluso clarificar las decisiones de los operadores del sector, permitiéndoles tomar decisiones estructurantes capaces de situar sus edificios o infraestructuras, sean cuales sean (central nuclear, hospital, autopista, etc.), en una visión a largo plazo..
La evolución de los edificios en el tiempo: el papel clave de la tecnología digital
Hoy en día, sólo la tecnología digital permite manipular los datos para comparar distintos parámetros y guiar a los contratistas hacia decisiones fiables y pertinentes a lo largo del tiempo. Esto es esencial si queremos avanzar hacia infraestructuras resilientes al tiempo que mejoramos y mantenemos su uso a lo largo del tiempo. De hecho, este es todo el sentido del llamado "ciclo de vida": ir más allá de una simple visión de la fase de construcción. Para lograrlo, el reto tanto para los edificios nuevos como para los existentes es adoptar una visión a largo plazo. ¿Cómo conseguirlo? Pensando en la ciudad como un lugar en evolución, capaz de responder a las diversas necesidades de sus usuarios actuales y futuros. Y, en contra de lo que podría pensarse, pensar en el futuro también significa pensar en el tiempo. Los Juegos Olímpicos de 2024 son un buen ejemplo. Las infraestructuras creadas para este acontecimiento mundial se han diseñado desde el principio pensando en otros usos, esta vez a largo plazo. Esta reversibilidad está en consonancia con los retos sociales y medioambientales a los que se enfrenta el país. Al mismo tiempo, evita los problemas medioambientales asociados a este tipo de construcciones, inicialmente destinadas a un uso temporal. Esta reversibilidad no sólo es útil en esta situación.
La reversibilidad de los edificios: imaginar el futuro para ganar tiempo
A medida que evolucionan los hábitos de las personas, el tiempo se altera con frecuencia. ¿Qué significa esto? Pueden pasar varios años entre el momento en que un promotor empieza a diseñar un edificio de oficinas de cincuenta plantas y el momento en que se inaugura. Y, sin embargo, durante ese tiempo puede producirse una revolución en los usos que haga que el edificio deje de ser interesante como lugar de trabajo. Entonces, ¿qué debemos hacer con el edificio cuando su diseño ya no es relevante para su público objetivo? Conviene saber que la única forma de adaptarse a los cambios de uso con un coste aceptable es anticiparse a ellos desde el principio. Y esto debe hacerse digitalmente. Y con razón: el acto de rehacer suele ser el motivo de abandonar el proyecto. Anticiparse, es decir, tomarse el tiempo necesario antes de la fase de diseño para identificar lo que puede evolucionar a medida que evoluciona la propia sociedad, es totalmente posible formar parte de la evolución del propio uso y adaptarse eficazmente a ella. Quienes participen en un proyecto de construcción sabrán cómo adaptar el edificio en curso, por lo que estarán bien informados y preparados para el cambio cuando éste se produzca. Esto no sólo ahorra tiempo, sino que también significa que pueden responder más rápidamente a las necesidades emergentes. En resumen, es una forma de adoptar una visión a largo plazo gracias a una mayor capacidad de respuesta.
Lejos de ser una pérdida de tiempo, este trabajo sobre la reversibilidad potencial de un inmueble representa un valor añadido para cualquier tipo de construcción. Significa que un edificio de viviendas sociales ya no está simplemente definido (fijado) como tal. Por su diseño, puede transformarse fácilmente en un edificio de oficinas, de logística o incluso en un hospital si surge la necesidad. La pandemia nos ha recordado lo importante que es saber reaccionar con rapidez. Por supuesto, la reversibilidad tiene un precio y hay que tenerla en cuenta a lo largo del tiempo. De hecho, es casi inconcebible que pueda lograrse a un coste menos que asombroso a menos que trabajemos con la agilidad y flexibilidad de conjuntos de datos que puedan modelizarse mediante herramientas digitales impulsadas por la inteligencia artificial.
Modelado digital para crear espacios vitales que evolucionan y se diversifican
Los datos recogidos, analizados y comparados mediante herramientas digitales son la clave para imaginar los usos del mañana. Nos permiten proyectarnos en el futuro, dando un sentido más amplio, o incluso varios sentidos, a los edificios que hay que renovar y a las nuevas construcciones. Sin la tecnología digital, por ejemplo, es muy difícil construir aislamientos exteriores, del mismo modo que es prácticamente imposible construir fuera de obra. La construcción modular (edificios prefabricados mucho más respetuosos con el medio ambiente), que permite reducir los plazos de construcción, tiene su lugar en la ciudad del futuro. Todo el mundo recuerda las imágenes de China de hospitales enteros construidos en cuestión de semanas. Sean o no ciertas estas imágenes, es importante hoy en día hacer balance de lo que puede ofrecer la construcción fuera del emplazamiento: la capacidad de construir rápidamente allí donde hay demanda, para responder a una necesidad a corto plazo (inmediata y urgente).
Tecnología digital: acelerar la toma de decisiones con conocimiento de causa
La tecnología digital y los datos que proporciona permiten una interacción de mayor calidad con los implicados en el sector de la construcción y fomentan una toma de decisiones más ecológica. El resultado son ciudades que son buenos lugares para vivir, ahora y en el futuro, y buenos lugares para tomarse el tiempo de vivir. En un momento en que todo se acelera, incluido el deseo de la gente de vivir mejor, la tecnología digital es una herramienta inestimable para replantearnos la forma de diseñar lugares para vivir, teniendo en cuenta las expectativas humanas reales y las necesidades esenciales del planeta. "Sí, pero analizar datos lleva mucho tiempo y abre la puerta a reflexiones interminables", pensarán algunos. "Es una pérdida de tiempo que no tenemos", dicen otros. Pero son los datos los que ahorran tiempo. ¿Tiempo para qué? En las fases de arbitraje. Gracias a los datos, es posible interactuar más eficazmente con las distintas partes implicadas en un proyecto y, en consecuencia, pasar más tiempo colaborando. Una colaboración más eficaz porque implica a todos los actores del sector de la construcción.
Reasignar tiempo para un diseño y un funcionamiento meditados
El tiempo necesario para el diseño, la construcción, la puesta en marcha y la explotación cambia radicalmente la forma en que se diseña una infraestructura para sus usuarios. Pero, desde un punto de vista técnico, sólo tomándose el tiempo suficiente y aprovechándolo al máximo, gracias a las herramientas digitales y a la recopilación de datos, es posible tomar decisiones coherentes y sostenibles. Esto se aplica a todas las partes interesadas. No olvidemos que los datos digitales llevan tiempo, pero ahorran tiempo y, lo que es más importante, nos permiten adoptar una visión a largo plazo del diseño y la construcción. Esto es esencial si queremos entregar un edificio que pueda ser utilizado por sus usuarios. Y por una buena razón, este apoyo a los usuarios es esencial, especialmente desde el punto de vista de la gestión energética. No es infrecuente, por ejemplo, oír hablar de un edificio que se ha modernizado o reformado para minimizar el consumo de energía y que, al cabo de un año, ha hecho saltar por los aires sus previsiones energéticas. En la mayoría de los casos, sin embargo, la culpa no es de los equipos. Funcionan perfectamente. Entonces, ¿dónde está el problema? En realidad, el problema es simplemente la forma en que la gente utiliza el edificio y sus equipos. La acumulación de novedades (nuevo entorno, prestaciones de los aparatos y materiales, y todos los sistemas de ventilación y aislamiento) obliga a los usuarios a replantearse todos sus hábitos.
Fomentar el uso para un rendimiento energético y medioambiental óptimo
Del mismo modo que tenemos que cambiar nuestra visión para construir en consonancia con la noción actual de "utilidad" y para construir en consonancia con los nuevos usos, también tenemos que ser capaces de apoyar la entrega de los edificios entregados. La entrega de un bien (edificio o infraestructura) ya no puede ser la misma que en el pasado. En la práctica, corresponde a los profesionales de la construcción transmitir los buenos hábitos asociados a la evolución estructural y funcional de sus edificios, concebidos para ser económicos, confortables y sostenibles. Esta es una prueba más, si es que hacía falta alguna, de que tomarse el tiempo necesario para hacer las cosas bien en cada fase del diseño, la construcción y la explotación es esencial si queremos asegurarnos de ello:
- Los usuarios pueden disfrutar plenamente del activo con el que interactúan.
- El edificio capaz de hacer en términos de modularidad, ahorro energético e impacto medioambiental.
No hay una fórmula mágica para conseguirlo. Simplemente tenemos que asumir el papel de apoyo a todo el proceso, dedicando más tiempo antes de la fase de diseño y después de la fase de construcción. Todo ello garantizando que los conjuntos de datos generados por las herramientas digitales se calibren correctamente.