Imagine ciudades donde el canto de los pájaros se mezcla con el zumbido urbano, creando una sinfonía natural en medio de espacios de hormigón. Esta visión, relegada al reino de los sueños a medida que se aceleraba la urbanización, se está convirtiendo poco a poco en una realidad tangible. ¡Tanto mejor! La integración de la biodiversidad, y de las aves en particular, en los entornos urbanos es algo más que un simple adorno ecológico; es un cambio fundamental en el concepto mismo de la vida urbana.
Naturaleza y salud humana: un vínculo vital
El impacto de la naturaleza en nuestra salud mental es innegable. Así lo confirman numerosos estudios sobre el tema, como el reciente de Geoffrey H. Donovan, que pone de relieve las dramáticas consecuencias de la pérdida de biodiversidad en la salud humana, sobre todo cardiovascular y respiratoria. En resumen, según este estudio, la mortalidad de los árboles aumenta la mortalidad humana. Para llegar a esta conclusión, Donovan, biólogo, analizó la desaparición de más de 100 millones de árboles muertos por la plaga forestal conocida como barrenador esmeralda del fresno y descubrió un aumento significativo de las tasas de mortalidad humana. "Me interesaban las enfermedades cardiovasculares y respiratorias porque en ellas influyen la calidad del aire y el estrés", explicó Geoffrey H. Donovan en una entrevista a PBS Radio, citada por huffingtonpost.fr.
"En los 15 estados infestados por el escarabajo, el investigador descubrió que 15.000 personas más morían de enfermedades cardiovasculares que la media de las zonas no afectadas por el insecto", informa el sitio de noticias. Lo mismo ocurrió con las enfermedades respiratorias: 6.000 personas más murieron en las zonas deforestadas. Y como para subrayar este vínculo, "el investigador también descubrió que cuanto más tiempo llevaba el insecto presente en una región, mayores eran estas tasas de mortalidad, mientras que un árbol tarda 'entre 2 y 5 años en morir'", como recuerda el propio biólogo.
Otros estudios, como los de Ulrich y Parsons, confirman el vínculo entre la naturaleza y la salud humana. Demuestran que la presencia de vegetación tiene un efecto calmante y regenerador en la psique humana, lo que subraya la importancia de integrar la naturaleza en los espacios vitales urbanos. En concreto, su investigación demostró que los pacientes hospitalizados con vistas a espacios verdes desde sus ventanas se recuperaban más rápido y necesitaban menos analgésicos que los que tenían vistas a muros o espacios urbanos estériles. Del mismo modo, estudios realizados en prisiones demuestran que los reclusos con acceso a espacios naturales sufren menos estrés y ansiedad. Estos hallazgos subrayan el poder terapéutico de la naturaleza, no sólo como fuente de bienestar emocional, sino también como factor que influye en nuestra salud física.
El urbanismo actual: un obstáculo para el ritmo de las aves
Landboost®: la integración inteligente de la biodiversidad en el desarrollo urbano
Varios proyectos están en marcha y verán la luz ya en 2024. ¿Dónde? En un bloque de apartamentos parisino, donde se ha instalado una colonia de gorriones. Gracias a la fachada de ladrillo, han podido colarse y construir un nido", prosigue Hippolyte Pouchelle. Pronto se sustituirá el aislamiento exterior de este apartamento, pero se mantendrá el ladrillo. Sin embargo, los animales salvajes ya no podrán pasar. Así que trabajamos con los arquitectos para garantizar que en la nueva fachada se incorporara una zona de recepción especial". Otro proyecto consiste en la construcción de un comedor escolar cerca de Grenoble. Empezamos con un estudio del edificio existente para identificar las zonas de recepción que se habían creado los pájaros. El objetivo era proporcionar nuevos refugios más adecuados que no tuvieran efectos a largo plazo en la estructura (grietas, agujeros, etc.).