Lección 1: convertir una dirección fuerte en un inmueble único
Los inmuebles en cuestión tienen a menudo una importancia excepcional, y los proyectos de rehabilitación deben ser capaces de transformar un lugar emblemático con fuertes asociaciones emocionales (nacimiento, enfermedad, muerte) para el público en un nuevo destino urbano.
Los emplazamientos hospitalarios son singulares en muchos aspectos. Ningún otro tipo de edificio reúne tanta complejidad en un mismo lugar, con una multiplicidad de factores - técnicos (servicios públicos, contaminación, diversidad de tipos de edificios, etc.), políticos (patrimonio, servicio público, salud), modelos de ocupación del suelo (ocupación temporal, o fronteras blandas entre el dominio público y la propiedad hospitalaria), organizativos (gobernanza, organización y coordinación de servicios internos y externos) - en juego.
Los hospitales también tienen un marcado carácter urbano: son híbridos que dan cabida tanto a la esfera pública como a la privada. Pública, porque son instalaciones de primera importancia, como atestiguan su tamaño y visibilidad. Pero también privados, porque nunca son totalmente permeables al ámbito público: en general funcionan con sistemas de control de acceso y son lugares donde reinan la tranquilidad y la discreción; y a menudo parecen laberintos para quienes no trabajan allí a diario.
Sea cual sea el tipo de edificio del que hablemos -una imponente enfermería del centro de la ciudad o un edificio más moderno y menos notable (aunque para algunos amantes de la arquitectura eso de «menos notable» es discutible)-, convertir un antiguo hospital en otra cosa no es tarea fácil. Y el programa de desarrollo debe reflejar la complejidad de la transformación y la historia que encierra el lugar.
A menudo, los solares en cuestión ocupan varios miles de metros cuadrados, el tamaño de todo un barrio nuevo. Los contextos urbanos dinámicos deben ser capaces de absorber desarrollos de estas dimensiones. Por tanto, para convencer y motivar a los promotores, el programa de rehabilitación y el modelo de inversión también deben ser excepcionales para compensar la dificultad (y los costes) de la transformación.
Se han desplegado diversas estrategias en este sentido, con distintos grados de éxito. ¿Qué importancia tiene lo «excepcional»? ¿Cómo «llenar» el solar sin crear nuevas fronteras en torno al nuevo barrio, pero al mismo tiempo sin convertirlo en un descampado? Puede resultar difícil encontrar el equilibrio adecuado. En Lyon, el antiguo hospital de Debrousse se transformó en un complejo residencial de lujo, aprovechando al máximo la arquitectura y el paisaje existentes.
Como nueva dirección, el complejo Debrousse conserva algunas de sus asociaciones «hospitalarias» en forma de inclusividad social. El modelo Debrousse es cada vez más emulado por los hospitales, enfrentados a la creciente escasez de infraestructuras sanitarias dedicadas y a la infrafinanciación por parte de los poderes públicos. Algunos hospitales optan por reconvertirse en torno a la formación, el internamiento inclusivo (residencias intergeneracionales, residencias para mayores independientes), la medicina de orientación social (colocación de profesionales liberales, centros de recuperación y reinserción, hospicios para ancianos, etc.), la economía relacionada con la salud (aldeas de creación de empresas, viveros de empresas, tecnología terciaria como servicios de laboratorio, I+D, etc.). En general, todos reflejan una preocupación por integrar el emplazamiento en el tejido urbano de manera respetuosa con el medio ambiente.